Con
el paso del tiempo y el uso, nos encontraremos con el problema que la llama de
la hornilla ya no sale azul y limpia. Esto es particularmente frecuente si se
ha derramado algo de líquido y éste ha entrado bajo el quemador.
Lo que ha sucedido es que el inyector o chiclé está parcialmente obstruido o tapado. El inyector es una pieza metálica que va enroscada como un tornillo y que tiene un fino orificio en el centro que permite salir una cantidad regulada de gas.
El grosor está muy bien calculado para que el gas se mezcle con aire en la proporción justa para que la llama sea limpia y efectiva. Por eso cuando se obstruye, aunque sea mínimamente, la llama sale anaranjada y/o débil. Hacerle la limpieza es una operación muy sencilla. Con una mínima habilidad técnica y con la debida precaución, no hay que recurrir al servicio técnico.
Lo que ha sucedido es que el inyector o chiclé está parcialmente obstruido o tapado. El inyector es una pieza metálica que va enroscada como un tornillo y que tiene un fino orificio en el centro que permite salir una cantidad regulada de gas.
El grosor está muy bien calculado para que el gas se mezcle con aire en la proporción justa para que la llama sea limpia y efectiva. Por eso cuando se obstruye, aunque sea mínimamente, la llama sale anaranjada y/o débil. Hacerle la limpieza es una operación muy sencilla. Con una mínima habilidad técnica y con la debida precaución, no hay que recurrir al servicio técnico.
Lo primero es cortar el gas como medida de seguridad. Sacamos el quemador. Como es una pieza que hay que limpiarla regular y constantemente, para evitar acumulaciones de grasa, no costará nada quitarla, pues está hecha para eso.
En el fondo podemos ver el inyector. Aprovecharemos que aún no lo hemos desmontado para limpiar toda el área, evitando siempre que entre agua por el orificio. Luego de encontrar una llave que acople perfectamente en el tornillo, giramos en el sentido contrario a las agujas del reloj hasta sacarlo.
Limpieza del inyector
Para
hacer una limpieza efectiva, emplearemos un alambre blando, de cobre, tomado de
un cable, y cuyo grosor sea más fino que el orificio del inyector.
Lo metemos varias veces por el orificio y soplamos para eliminar cualquier resto que el alambre haya despegado. Ahora, solo queda montarlo.
Cuando veamos que la rosca ha cogido y gira con facilidad, podemos proceder a apretarlo con la llave, con la precaución de apretarlo sólo ligeramente para lograr ajustarlo, pero sin forzar la rosca.
Volvemos a colocar el quemador y pasamos al gas. Ya deberíamos tener una llama azul y limpia.
Lo más recomendable al manipular el inyector, consiste en estar sentado ante una mesa y con la pieza sobre una bandeja, pues es muy pequeño y si se cae al suelo puede ser difícil hallarlo.Vía: Bricotallerdecarlos