Control de Plagas. Termitas

Evitando que las termitas causen daño en nuestra casa

 


 
Las termitas (también conocidas como hormigas blancas) pertenecen al orden de los isópteros, se caracterizan por ser insectos sociales y se alimentan de madera y otros materiales ricos en celulosa.

La mayor parte de las termitas son de climas tropicales o subtropicales, pero unas pocas viven en climas templados. 

Las termitas digieren la celulosa con la ayuda de microorganismos que viven en simbiosis dentro de su aparato digestivo. 

 
Las termitas tienen importancia económica como plaga en madera, papel y cartón de estructuras, obras de artes y productos almacenados.

Existen unas 1.900 especies de termitas. Viven en colonias que pueden contar con más de 2 millones de individuos. En cada colonia, la reina es la única que pone huevos. La mayoría de estos insectos carece de alas pero durante la época de la reproducción algunas desarrollan estos órganos y abandonan el grupo para formar colonias propias.

Identificando los focos de termitas


Una vez se tiene una estimación general del alcance de la plaga de termitas es necesario un estudio de focos de actividad (sobretodo en los tratamientos mediante cebos o los dirigidos).
Esta intervención consiste en un detallado examen de los elementos de madera y paredes. La inspección en madera se realiza mediante la inspección visual y táctil, así cómo la ayuda con la tecnología de última generación. En paredes también se realiza un test no destructivo de la actividad termítica.

Una vez determinada la situación de cada construcción se elabora un plan de actuación que se traduce en una serie de actuaciones e indicaciones dirigidas a controlar la plaga (tratamiento) y evitar la reinfestaciones (tratamiento y/o seguimiento), así como reducir las condiciones que favorecen la presencia de las termitas (implementación de medidas físicas, reparaciones o mantenimiento o corrección de hábitos).


Métodos para determinar la ubicación de los focos de termitas


La metodología fundamental de las inspecciones termíticas, es mediante la técnica tradicional. 

Conocer bien los rastros y indicios de las termitas, reconocer las condiciones óptimas para la plaga en un edificio y llevar a cabo inspecciones visuales minuciosas. 

Éstas tienen que realizarse con un criterio y la utilización del sentido común.
Inspección visual

Puede rebelar síntomas mediante la captura de individuos alados en techos falsos, luces de emergencia, lámparas o foco. También rastros en pared o madera.

Inspección táctil

Mediante el uso de un punzón y/o taladro se puede conocer la consistencia interna de los elementos de madera. Un hueco de importancia y la extracción de determinados residuos de la madera pueden rebelar la actividad y afectación termítica.

Recomendaciones:
 
 Las termitas subterráneas pueden atacar cualquier edificio sin que esté deteriorado. Aunque su mantenimiento sea impecable. Ahora bien, hay ciertos factores comunes que acostumbran a considerarse de riesgo, y que pueden facilitar el progreso de una colonia de termitas en nuestras casas.

Los factores de riesgo pueden extrapolarse a todas nuestras edificaciones, modernas, antiguas, con estructura de madera, sin ella, viviendas aisladas, bloques, naves, iglesias, masías, casas entre medianeras, casas pareadas, etc.
 

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FACTORES DE RIESGO A CORREGIR CON RESPECTO A LA CASA


Las maderas en las inmediaciones de nuestras casas son factores de atracción para una plaga de termitas subterráneas:


  • La leña acumulada tocando la pared en la intemperie (o a veces también en el interior) puede causar un efecto llamada.
  • La leña en la intemperie tapada con un film de plástico es un auténtico “criadero” de termitas, hay que evitar “proteger” la leña de ésta forma.
  • Las maderas clavadas de forma permanente en el suelo (estacas, tutores, traviesas, pequeños troncos a modo de escalera), pueden ayudar al asentamiento de una colonia de termitas.
  • Un jardín mal conservado puede ser un factor determinante (árboles y plantas muertos, tocones de antiguos árboles...).
  • Antiguos tocones cuyas raíces facilitan la entrada en nuestras casas.
Las humedades de todo tipo, son un factor amplificador de un ataque de termitas, yasea por filtraciones, capilaridad o condensación.
  • El riego, a menudo empapa nuestras paredes y facilita la vida de las termitas. Así mismo, ocurre con las humedades por capilaridad (ya sean propias del terreno o bien por la pérdida de un desagüe o suministro).
  • El fregar demasiado mojado, empapando los marcos de madera de las puertas puede conllevar que la madera coja un grado de humedad muy adecuado para las termitas.
  • Las filtraciones de bajo cubierta a menudo empapan nuestras maderas y son un fuerte factor de atracción que puede conllevar que las termitas asciendan hasta la cima de nuestra casa, afectándola en su paso.
  • Al igual que el punto anterior, las carpinterías mal conservadas pueden humedecerse y ser una fuente de atracción, además que pueden permitir el paso del agua y humedecer el interior de la casa.
  • Las filtraciones de un bajante, un baño o una cocina también pueden acelerar el ataque.
  • Una mala ventilación puede comportar condensación sobretodo en los baños y cocinas, haciendo un hábitat ideal para la plaga (además añadiendo cómo factor de riesgo la degradación de la madera, de la cual se encargan los hongos de pudrición).
  • Todos los factores comentados pueden agravarse si las vigas de madera se encuentran dentro de un falso techo (aún con menos ventilación y más oscuridad).
  • La condensación puede formarse en exterior de la casa (por ejemplo en un patio pavimentado), si la humedad del subsuelo tiende a evaporarse y no puede, acaba escapando precisamente por los muros de la casa.
 
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A menudo quedan empotradas viejas instalaciones que pueden favorecer el paso de las termitas.
  • Antiguas cloacas donde las termitas tienen paso y hacen de pequeño “río” subterráneo.
  • Bajantes y chimeneas tapiadas tienen juntas en la obra que las termitas pueden aprovechar para transitar.
Maderas perdidas en construcción puede provocar una fuerte amplificación de la plaga.
  • La construcción de urbanizaciones y otros encima de antiguos campos sin una limpieza total (cerezos, algarrobos, viñedos, etc.).
  • Los encofrados perdidos de madera no recuperados de una cimentación.
  • Restos de obra (maderos de obra o antiguos) utilizados para rellenar el terreno cercano a la casa.

Tratamiento químico en suelo y muros


El tratamiento químico en suelo y muros, consiste en formar una barrera antitermítica. La forma de establecerla es mediante la perforación del suelo cada 30-40 cm con taladros de 16 mm de diámetro.

Los agujeros se realizan en la base de las paredes de la zona afectada o a proteger y son la vía de entrada del termiticida.

Tanto por el exterior como por el interior del edificio. Las perforaciones se inyectan con un termiticida de alta fijación, con el fin de disponer la barrera perimetral en el subsuelo de la zona a proteger.
La barrera antitermítica debe resultar lo más homogénea posible. Para evitar que espacios huecos rompan la continuidad de la barrera y se evite la aplicación de dosis de producto líquido exageradamente altas, se utiliza una formulación con espuma, asegurando la homogeneidad de la barreraantitermítica.

El tratamiento de la madera en servicio

El tratamiento de la madera requiere que el producto protector penetre en el interior de la misma con tal de eliminar las termitas que se hallen en ella e inmunizar a la madera del peligro de nuevos ataques de insectos xilófagos.

El tratamiento por inyección de insecticidas-fungicidas, debe realizarse en la totalidad de marcos de puertas y ventanas y en los apoyos y longitud de las vigas. 

De este modo se procede a la perforación de la madera cada 25-35 cm con brocas de 9,5 o 6,5 mm de diámetro en función del elemento a proteger.

La profundidad de la perforación es de 2/3 de la sección del elemento a tratar. En dichas perforaciones se realiza la colocación de válvulas antiretorno que permiten la inyección del producto y su repartición homogénea. 


Generalmente, la inyección en la madera consiste en introducir un producto que consta de un insecticida (para el control de las termitas y otros insectos xilófagos) y de un fungicida (para controlar los hongos xilófagos) el vehiculante acostumbra a ser un disolvente. Una serie de resinas permiten su fijación en la madera.

Actualmente existen nuevos productos en el mercado donde el producto es en base agua sin disolventes. Sea cómo sea, la correcta ejecución de las perforaciones, la inyección del producto y la aplicación en general, es aún más vital que la elección de un buen producto.

La inyección del producto se lleva a cabo a baja presión con la finalidad de evitar posibles rompimientos de la madera, pero asegurando su penetrabilidad en las secciones ocultas. De forma que el producto se reparta por los capilares de la madera y los posibles huecos, galerías de los insectos xilófagos