Si no mantenemos la instalación eléctrica de nuestra vivienda con un nivel aceptable de seguridad, corremos un grave riesgo de sufrir un accidente que provoque daños personales y/o materiales de importancia.
El hecho de que nuestra vivienda fuese construida bajo una clara planificación no implica que sea segura; es posible que a la instalación inicial se le hayan hecho ampliaciones, aumentando el número de receptores (por ejemplo, aire acondicionado, radiadores, electrodomésticos.
Esto supone una mayor demanda de energía, pudiéndose producir sobrecargas en la instalación de la vivienda, y por lo tanto, un calentamiento excesivo de la misma.
Los daños que la electricidad puede causar son de dos tipos:
- Daños directos
- Muerte por fibrilación ventricular
- Muerte por asfixia
- Quemaduras internas y externas
- Efectos tóxicos de las quemaduras
- Lesiones físicas secundarias por caídas, golpes,...
- Embolias por efecto electrolítico en la sangre
- ...
- Daños Indirectos
- Incendios
- Daños materiales de la instalación
Una rehabilitación consiste en sustituir todos los conductores, elementos de control y protección, por otros adecuados a la potencia requerida de la instalación, evitando así la sobrecarga de la instalación.
Ahora pasaremos a analizar todas las acciones y elementos que generan inseguridad en una instalación eléctrica doméstica.
- Instalación Eléctrica de una Vivienda I
- Instalación Eléctrica de una Vivienda II