Instalación de gas doméstico con seguridad

Realizar de Forma Segura una Instalación de Gas Doméstica

 

"Instalación de tanque bombona gas con seguridad"

Se hace necesario un conocimiento del gas mayor por parte de todos para evitar los riesgos que su uso conlleva.
La seguridad del gas o "La Filosofía del Gas" tiene como base los puntos que se indican en el cuadro siguiente:
 

Estanquidad

Hemos de aclarar que la estanquidad absoluta es difícil encontrarla en la vida real debido a la permeabilidad, envejecimiento y corrosión de los materiales. 

Solo conocemos dos lugares en donde el aire permanece estanco en el tiempo, uno es las cámaras funerarias de los antiguos faraones de Egipto, donde el aire quedaba atrapado por una gran cantidad de piedras de cantería en forma de pirámide y por tanto lo primero que se hace al descubrir es tomar las muestras del aire para saber su composición cuando se construyo la pirámide.

El otro es el aire que queda atrapado en los hielos de los casquetes polares que año tras año se va superponiendo al del año anterior y que nos permite, en función de la profundidad y una vez deshelado en una cámara, analizar el aire atrapado en su interior y por tanto la variación de su composición con los años.
En las instalaciones no se llega a ese grado de estanquidad y menos en los aparatos, sobre todo en las cocinas y no por ello son necesariamente inseguras/os. Si quisiéramos dar una valoración de mayor a menor estanquidad podríamos decir de mas a menos

- Tuberías soldadas
- Llaves de corte situadas a lo largo de la tubería y sus conexiones
- Otras conexiones y tomas de débil calibre
- Aparatos fijos del tipo calderas o calentadores y sus conexiones
-  Tuberías con uniones hermeto
- Cocina a gas y la conexión flexible a la instalación

Podríamos decir que los tubos soldados son estancos, mientras que las llaves de corte no lo son tanto y con el uso se pierde gradualmente su estanquidad. Para ello se realizan las revisiones cada cuatro o cinco años, entre otros temas. 

Las conexiones de las mismas a la instalación se realizan mediante tuerca con junta plana y puede ser un lugar de perdida de estanquidad en el tiempo al envejecer la goma de la junta y por tanto deberá ser revisada en el proceso anterior y si es necesario sustituida.

Si en el tramo que circula por el interior de la vivienda hay reguladores, tomas de débil calibre etc. deberán ser comprobados en el tiempo mediante agua jabonosa que detectará la posible fuga tanto en su cuerpo como en sus conexiones a la tubería.

En los aparatos fijos como calderas y calentadores que se encuentren en el interior de la vivienda no es muy probable que encontremos fugas salvo en su conexión que una vez analizada con agua jabonosa no debería variar su estanquidad si no ha sufrido golpes o desplazamientos involuntarios.

Las uniones hermeto se han utilizado en tuberías de cobre que van recubiertas de un cromado y las hace muy brillantes. Se han utilizado en instalaciones para calentadores y cocinas a gas butano y hoy se pueden ver principalmente en los pueblos de nuestra comunidad. 

Tienen el grave inconveniente que son uniones que al mover la tubería  pueden llegar a afectar a la unión mecánica y producir fuga. Esta no podrá ser reparada sin la intervención del instalador que deberá de cambiar el hermeto(elemento de unión). Es por lo que hoy ya no se utiliza y se recomienda quitar las existentes.

Es en las cocinas domésticas y en sus conexiones donde se centra nuestra mayor falta de estanquidad y por tanto se ruega que al finalizar la jornada se cierre de forma habitual la llave de corte que deja al aparato de cocción sin riesgo de fugas.

Los mandos de las cocinas domésticas son los que presentan las mayores fugas de gas y aunque no son en general críticas, debemos de conocer la razón por la que se producen. 

Al ser los mandos utilizados frecuentemente y estar basada la estanquidad en una grasa que llena el espacio entre dos conos, uno macho y otro hembra, es comprensible que presenten al tiempo un nivel de fugas. 


Es importante que los mandos se accionen de forma de realizar la apertura y cierre de forma de no colgarse del mando pues ello favorece la holgura entre los conos y el desplazamiento de la grasa y por tanto la aparición de fugas.
La conexión se suele realizar por medio de una goma flexible entre la cocina y la instalación con unas tetinas y un color para cada gas.

Los extremos de las mangueras, una vez introducidos en las tetinas correspondientes se sujetan mediante abrazaderas que impiden su salida. No obstante, con el movimiento de la cocina al realizar las labores de limpieza o al tirar de la manguera, nos podemos encontrar con que se fuerce la unión y puedan aparecer fugas que pueden ser detectadas con agua jabonosa.
 
 
"Instalación de tanque bombona gas con seguridad1"
 

Es por estos temas expuestos anteriormente por lo que se solicita encarecidamente el cerrar la llave general de corte del aparato y en el caso de instalaciones con una bombona de butano, el cerrar la maneta situada en la parte superior del regulador de la botella. 

Debe ser un hábito con carácter rutinario y más si son instalaciones que van a quedar sin uso o la vivienda cerrada. En este último caso se recomienda quitar el regulador que lleva la bombona de butano, pues a veces hay fuga además por el eje de la maneta (se puede comprobar con agua jabonosa).

Debido a que las mangueras anteriormente citadas tienen esos riesgos que hemos citado y caducan, se está recomendando su cambio por las que llaman mangueras flexibles de seguridad, que tienen una funda metálica en su interior y otras también en el exterior, que no caducan y no tienen problemas de desprendimiento y por tanto fugas por las conexiones. 

Estas permiten la desconexión de la cocina para su limpieza y creemos que su empleo se irá generalizando.
Tanto el gas natural como el gas propano o butano no huelen, pero para que nos apercibamos de las fugas, se les añade unos compuestos que a partir de azufre huelen a huevos podridos. Es la primera seguridad en caso de fuga. 

A ese proceso le llamamos odorización del gas. Como conclusión de este primer punto diremos que la estanquidad es buscada en el diseño, en la ejecución, en las pruebas de la instalación por la empresa instaladora y en su comprobación por las empresas suministradoras. 

Es el primer nivel de seguridad, siendo el segundo la odorización que alerta por el olor en caso de fuga.

La revisión de las instalaciones se realiza cada cuatro años en las que utilizan gas natural y cada cinco años en las que utilizan gas propano y butano comercial. En ellas el Reglamento solicita que si se detectan indicios de fuga sean comprobados con agua jabonosa, detector de gas o giro de la métrica del contador.

En caso de realizarse una prueba de estanquidad se deberá verificar que la misma no presenta fugas puntuales y si las hay deben ser reparadas. Se admite, una vez realizado lo anterior, un caudal de fuga a la presión de servicio de hasta 1 litro a la hora con independencia del tipo de gas.

Esto último, que podría escandalizar a los no conocedores de la técnica del gas, es perfectamente asumible como vamos a ver a continuación y no representa riesgo para el usuario (hay que pensar que la fuga no es detectable y se produce como suma de pequeñas fugas, pues si es detectable debe ser reparada). Es además muy improbable pero, según la longitud de la instalación, puede suceder.


Ventilación del área donde se ubica la instalación de gas


El tercer nivel de seguridad del gas es la ventilación del local donde se encuentra la instalación de gas, las conexiones y los aparatos que son susceptibles de tener fugas como acabamos de ver.

Si analizamos una fuga de gas en un local podemos pensar que en un comienzo la fuga se diluye en el aire y puede dar lugar a lo que conocemos cuando se abre la llave del gas para cocinar y por lo que sea no acertamos con la llama de la cerilla y al rato se produce un encendido en forma un tanto violenta que nos asusta e incluso nos quema un poco las cejas pero no más. 

Si antes de encender cerramos el gas lo normal es que se diluya en el aire y según sea gas natural se marchará hacia la zona superior de la cocina o en caso de gas butano o propano hacia la zona baja de la cocina. Con el tiempo saldrá al exterior y únicamente hemos perdido algo de gas.

Si la fuga de gas se incrementa nos encontraremos que el aire ya no será tal sino una mezcla de gas-aire dentro de un local mas o menos grande y con mayor o menor ventilación.
Podemos representar la mezcla así:


Si la mezcla(homogénea) tiene una proporción inferior al 4,5% de gas natural siendo el 95,5% de aire aunque haya una fuente de ignición(cerilla, energía, etc.) no sucede nada pues el gas está muy diluido en el aire.

Con el 4,5% de gas natural en el aire hemos llegado a lo que se llama el límite inferior de inflamabilidad (L I I) y con esa proporción y una chispa o llama, el gas se puede quemar y claro si en lugar de quemar es una fuga importante que se produce durante toda una noche nos encontramos que con una chispa de una fuente como la apertura de una luz, el arranque del compresor de un frigorífico(no de los modernos) u otra fuente de energía nos encontramos con una explosión que será tanto más importante cuanto más gas haya fugado.

A partir de ese % y hasta llegar a otro límite, llamado límite superior de inflamabilidad (LSI) y que en el gas natural es 15%, nos encontramos en la zona donde es posible tener la combustión o en su caso la explosión.

Si el gas natural tiene una concentración mayor del 15% ya no es posible esto aunque haya chispa, para entender el fenómeno es lo mismo que sucede con el gasoleo que no hay forma de que se prenda en un depósito al que acercamos una llama y sí lo hace cuando lo lanzamos en forma de aerosol al aire y le acercamos la misma llama.

El peligro de estar en la zona de la derecha, una vez pasado el límite superior de inflamabilidad, es que si se abre una puerta y entra aire entramos en la zona de peligro de golpe y con chispa se puede producir una explosión. Esto se ve a veces como efecto en las películas.

Por tanto la seguridad del gas aunque haya fuga es la de que haya una buena ventilación de forma que la mezcla quede siempre diluida y nos encontremos lejos del Límite Inferior de Inflamabilidad (L I I).


Es por ello por lo que se vigila con especial cuidado las instalaciones de aparatos que tienen posibilidad de fuga en especial las cocinas a gas. Hay que pensar que por derrame de la leche o agua la llama puede apagarse y quedar abierta la llave del mando y eso daría lugar a una fuga que no podría ser descubierta si no es por el olor o cuando se ve que no hay llama.

La ventilación en ese caso sería importante y además no podemos olvidar que en estos aparatos como en todos aquellos que toman el aire del lugar donde esta el aparato y que se llaman atmosféricos debe existir el hueco de entrada de aire en la parte inferior para que con el superior realicen la doble misión de aportar aire para la combustión(y evitar el monóxido de carbono) y ventilar el local y evitar en caso de fuga que se pueda alcanzar el Límite Inferior de Inflamabilidad LII. 

El tema del monóxido de carbono será tratado en otra ocasión pero como se puede ver hay una relación con las entradas de aire y/o ventilaciones del local donde se encuentren los aparatos a gas.

Los valores de LII y LSI para el butano comercial son 1,7% y 8,5% y para el propano comercial 2,2% y 9,5%.
En lo visto hasta ahora es en lo que se fundamenta la seguridad de las instalaciones domésticas y las comerciales.

 Hay otras como las instalaciones de locales colectivos, salas de calderas, hospitales, cocinas de hogares de la tercera edad, etc que incorporan medidas complementarias de seguridad y que vamos a analizar a continuación.
 
 
 
Cuando existe una fuga de gas, la seguridad está en la ventilación del local. 

 
Pared de débil resistencia como una válvula de seguridad


Si se diera el caso de que existiera una fuga de gas, que la ventilación no existiera o fuera insuficiente y los detectores no han funcionado nos podríamos encontrar en el caso de tener una chispa (es una cuestión de tiempo) y con ello una explosión, con una onda expansiva asociada, que nos llevaría por delante todas las paredes del local y lo dejaría destrozado. Incluso podría dañar la estructura del edificio.

Para evitarlo,  se recomienda la obligatoriedad de colocar una pared de débil resistencia, que en caso de explosión actúe como si una válvula de seguridad se tratara y deje salir por ella la onda expansiva.

Es claro que lo que circunda todos los puntos anteriores es que hay que evitar los puntos de ignición cuando eso sea posible, pues son fuentes de inicio de la explosión en caso de fuga. Es difícil su anulación pero si es posible minimizarlos.

De hecho en las viviendas se ha conseguido eliminar el punto de ignición que representaban los relés de los frigoríficos y que han sido la causa de no pocas igniciones en este país. 


Lo curioso es que se han colocado unos de nuevo diseño, encapsulados y de estado sólido, y no ha sido por el gas combustible sino para cumplir las normas de la refrigeración doméstica con refrigerantes inflamables (isobutano).